¡Hola a todos!
Como ya os conté en su día (qué rápido pasa el tiempo), quien vosotros sabéis y yo hemos alcanzando nuestro décimo aniversario juntos este año y para celebrarlo decidimos escaparnos unos días a la bonita ciudad de Praga, en la República Checa.
Por primera vez, decidimos alquilar un apartamento en el centro y rápidamente nos sentimos como en casa, era pequeño, rústico y romántico… y con un patio interior con encanto. ¡Todo fue perfecto! Hasta a Chloé le pareció perfecto, que una vez más fue la «chica de las fotos» que nos acompañó en nuestro viaje.
Fue agotador también, pero mereció la pena y, sin dudarlo, volveremos una próxima vez y es que, aunque exprimimos los cuatro días (más bien dos) que tuvimos, nos quedamos con ganas de más, con ganas de visitar otras ciudades próximas, con ganas de, como siempre, pasear sin prisa… ya me entendéis.
Llegamos al medio día y, tras instalarnos salimos, a ver los alrededores, como la Plaza Wenceslao, donde se llevó a cabo la famosa Revolución de Terciopelo, y el Museo Nacional, y a hacer la compra para tener qué comer y cenar esos días pero. Antes pasamos por el Museo Lego, algo que a «quien vosotros sabéis» le hacía mucha ilusión.
También visitamos el Monumento Nacional a los Héroes del Terror de Haydrich y, por supuesto, ya que estábamos por la zona, el Edificio Danzante también conocido como Fred y Ginger. ¡Praga de noche es espectacular! Como anécdota friki os diré que nos llevamos un pendrive con la película de Misión Imposible que como sabéis se inicia en la ciudad de Praga (sí, también buscamos sus localizaciones jajajajaja) y la vimos la primera noche.
El segundo día vimos, por primera vez (sí, hasta el segundo día no lo hicimos aunque lo teníamos al lado) la famosa Plaza Vieja con su increíble reloj astronómico. Allí un niña alucinó con Chloé y me siguió por todas partes mientras le hacía fotos, fue muy encantadora con nosotras. Después, nos dirigimos a lo más ‘popular’, el Puente de Carlos y el Castillo de Praga (que no tiene castillo pero sí un montón de atracciones turísticas como el Callejón de Oro, la Catedral de San Vito o unos bonitos jardines y unas cuestecitas de mucho cuidado). Allí fuimos al Museo del Juguete (no te pierdas este post con imágenes de la exposición) que tenía una colección de Barbie absolutamente increíble.
Por la tarde fuimos a la Isla de Kampa, dicen que uno de los lugares más románticos de la ciudad (y no lo pongo en duda) y visitamos el famoso Muro de John Lennon y colocamos un candado (en un sitio que sí permiten jeje) en lo que se conoce como el puente del amor y tiramos nuestras llaves al Arroyo del Diablo. ¡Aún nos sobró tiempo para ir al Klementinum! y observar su impresionante biblioteca (¡una de las mejores del mundo!).
El tercer día lo dedicamos al Barrio Judío y a sus sinagogas, Siempre que viajamos fuera me conquistan estos barrios y esta vez me volvió a pasar. Lo que más me impresionó fue su antiguo Cementerio, ¿sabíais que contiene más de 12.000 lápidas amontonadas?
La tarde la dedicamos a visitar el Museo Muchá, ver la Municipal House, subir a la Torre del Reloj y a cumplir una de nuestras tradiciones… pasear en barco, en este caso por el Moldava.
Para finalizar el día y casi nuestro viaje, paseamos por el barrio de Malá Strana, viendo el Museo de Frank Kafka, las famosas esculturas de los hombres orinando, un montón de cisnes y muchos puentes y monumentos encantadores jeje.
Espero que os hayan gustando las fotografías y el breve relato.
Rebeca
p.d. ¡Me compré una marioneta preciosa! Ya os enseñaré la foto en las redes sociales 😉
Imágenes vía Una Vitrina Llena de Tesoros
Hola: felicidades por ese 10 aniversario. Una escapada perfecta. Me encantan todos los estilismos que llevó Chloe en Praga. No le falta detalle con la cámara de fotos y la guía de la ciudad. Ya leo que fue un viaje intenso pero seguro que inolvidable. Estaré atenta a las fotos del Museo del Juguete con el apartado dedicado a las Barbies. Seguimos en contacto
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Qué maravilla! Qué recuerdos me has traído a la mente. Sin dudad una ciudad muy romántica para mi gusto y la que nadie se debería perder. Yo fui un año en Navidad y tiene un gran encanto navegando por el río con la nieve y sus mercadillos por las plazas, sus dulces, su vinillo caliente, ayyys que recuerdos! Una ciudad inolvidable. Aunque culminó con el atentado en Barajas justo el día que volvíamos, menudo susto!
Besos
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Está estupendísima!!! nosotros fuirmos a Praga en 2012, nos encantó, por entonces mi afición a Barbie era muy discreta (vamos que no lo sabía ni él) jajajaja así que nadie se vino conmigo… bueno y se siguén sin venir… eso si en el museo del juguete casi hubo que despegarme con espatula de los cristales, creo que fue uno de los detonantes de la «locura» que vino despues…
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Genial Rebe, cada vez posa mejor!
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UY!! Gracias!!! Me estoy estudiando tus fotos 😛
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