¡Hola a todos!
Hoy es el Día-B. Hoy es el día que nuestra querida Barbie cumple años, ¡nada menos que 56!

Para los despistados, Barbie nació de la mente de Ruth Handler (inspirada en la polémica Bild Lilli) tras comprobar que su hija Bárbara (sí, Barbie) prefería jugar con muñecas con características de mujeres adultas. Finalmente, en la American International Toy Fair de 1959 la rubia más famosa vio la luz. Como todos recordaréis (hasta los despistados) la muñeca lució en su debut el famoso bañador que simula la piel de una cebra. El resto ya lo conocéis, a Barbie le siguieron Ken, Midge, Skipper… ¡y el resto de sus amigos! Y ni Dior, ni Versace, ni Oscar de la Renta, ni Carolina Herrera… se han resistido a vestirla. Esta es la historia resumida (muy, resumida) que cambió mi vida.

No es que yo tenga un día trascendental pero , ¿os habéis planteado que sería de vuestras vidas sin Barbie? Y no me refiero al hueco que tendríais libre en vuestra casa o los ceros de más que tendrías en vuestra cuenta bancaria. En mi caso, creo que sería totalmente diferente y es que, directamente, mi infancia habría sido bien distinta.
Como ya os he contado en otras ocasiones, yo fui de esas que creció jugando con Barbie. En mi barrio no había niños, no había parques (ni los hay), mis compañeros del colegio vivían lejos y mi hermano no solo no le gustaba nada jugar con muñecas sino que nos llevábamos (y llevamos) muchos años como para a determinadas edades jugar juntos. En una infancia en la que me sentí sola, Barbie fue mi mejor amiga.
Durante mi adolescencia pasé una época complicada personalmente y fue mi hermano, la persona con la que menos cosas tengo en común y con la que menos se me ocurriría compartir mis sentimientos, el que me regaló mi primera Barbie de Colección, la Infanta portuguesa de las Princess of The World. ¡No sabía que existían! Y la chispa de Barbie volvió a mí, saque mis barbies de la infancia del baúl y las expuse orgullosa (las que se podían salvar jeje). Es el mejor regalo que me ha hecho nunca.
Aunque al principio mi madre no aceptaba que una persona adulta pudiera coleccionar muñecas, con el tiempo lo consiguió y ahora me regala alguna siempre que puede, me da su opinión sobre las que consigo y siempre es la primera persona a quien se las enseño. Barbie nos ha unido y ha mejorado nuestra comunicación.
Finalmente, con la llegada de la persona con la que comparto mi vida todo hizo ¡boom! Él me regaló la muñeca de mis sueños, lo hizo otra vez y ¡hasta una tercera vez! Él me animó a crear este blog con el que he tenido la oportunidad de conoceros a muchos de vosotros. Desde entonces, he aumentado mi familia y, aunque a veces indirectamente provoca en mí algunos disgustos, es la causa de muchas de mis alegrías.
Definitivamente, ¡mi vida sin Barbie no sería la misma! Probablemente sería más gris y menos rosa.
¡Felicidades, Barbie! Gracias por todo.
Rebeca

Imágenes vía Una Vitrina Llena de Tesoros (todos los derechos reservados) y Mattel.
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